sábado, 26 de julio de 2008



¿qué derecho tenemos a disponer de las vidas de otros animales?

¿acaso no tienen ellos derecho a vivir por sí mismos, sin necesidad de el

necio determinismo con que juzgamos y administramos sus vidas?




En Australia los caballos salvajes son una plaga, una terrible plaga sobre cuatro patas a la que se acusa de dañar los ecosistemas. Por eso las autoridades han decidido acabar con ellos por lo sano. A tiro limpio.


Sólo en el Parque Nacional de Carnarvon, ya han matado más de un millar en el último año. La mayoría desde helicópteros, dejando a los animales heridos abandonados a su agonía. 10.000 más serán sacrificados en los próximos tres años si no se logra parar entre todos esta barbarie. Si no se buscan otras alternativas menos salvajes.


Australia es el hogar de unos 300.000 caballos salvajes, la mayor población de este tipo en el mundo, a pesar de ser allí una especie introducida. Los trajeron los ingleses desde Europa en el siglo XVIII. Fueron una gran ayuda para los colonos, tanto como animales de tiro como para carne.

Pero ahora molestan. Sobre todo en los parques nacionales, donde su abundancia pone en peligro a las especies vegetales autóctonas. Porque como cruelmente ha señalado Keith Muir, director de la Fundación para la vida Silvestre, un grupo ambiental de Sydney que apoya el sacrificio de los populares brumbies, "los caballos son animales exóticos que no pertenecen a Australia". Y añade este sujeto mal llamado ecologista:
"Si soltaran canguros en América sería como los caballos aquí. Estarían disparándolos como locos para tratar de controlarlos".



¿Por qué no matan a los blancos australianos exterminadores de aborígenes?


Prefiero claramente un mundo lleno de caballos que de homo sapiens



El caballo, uno de los animales más bellos y magníficos que existen, ha acompañado al hombre a lo largo de la historia, estando presente como compañero imprescindible en viajes y batallas.

Se encuentra dentro de los animales "terapéuticos", la hipoterapia: es la monta terapéutica; es una actividad rehabilitadora, reconocida en todo el mundo.
Consiste en aprovechar los movimientos tridimensionales del caballo para estimular los músculos y articulaciones. Además, el contacto con el caballo, aporta facetas terapéuticas a niveles cognitivos, comunicativos y de personalidad. Ayuda a pacientes con esclerosis múltiple- autismo- síndrome de down- espina bífida- traumas cerebrales- distrofia muscular- conductas caracteriales- enfermedades neurodegenerativas- enfermedades traumatológicas- anorexia, y un largo etc.







Símbolo de libertad, fuerza, velocidad, viéndolos sentimos sus ganas de vivir, de atravesar el mundo una y mil veces, sin parar, disfrutando de cada momento.






Su belleza es impresionante y su porte y fiereza no se olvidan, se protegen los unos a los otros y sus pertenencias como lo único que tienen en sus vidas.
Poco se piensa en que aquel también es su lugar y que su mundo no puede reducirse a un establo, porque el alma de un caballo salvaje es, ante todo, libre…